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viernes, octubre 27, 2006

 

Smashing

La sala estaba repleta de gente. Un nuevo grupo se anunciaba como "Smashing", con letras de fuego sobre un fondo negro. El promotor del evento lanzaba a los cuatro vientos que era algo nunca visto. Los intelectualoides de la música estaban presentes en el pequeño, oscuro y sucio garito, ellos y los acérrimos seguidores de todo lo que huela a nuevo. Gafas pasta por todos lados, olor a cerveza y maría.

El escenario, parco, minimalista. Solo un fondo totalmente negro que pareciera hecho de cartulina y sacado de una mala función infantil. En el centro del escenario un bidón oxidado, mugriento y decrépito. No hay instrumentos, no hay cables, micrófonos... nada de nada, solo desolación sobre el escenario.

Comienza la impaciencia, pocos minutos quedan para el comienzo del concierto, la gente murmulla y charla mientras espera. Sube al escenario un hombre: pantalón vaquero, camiseta negra, lleva algo consigo, la gente mira, el tipo coloca una caja blanca sobre el bidón y saca una manzana. Baja del escenario y pulsa el único botón de un pequeño mando a distancia blanco.

Comienza a sonar música, al principio algunos miran extrañados, luego todos quedan prendados de la caja blanca al empezar esta a proyectar imágenes sobre toda la sala, imágenes psicodélicas al ritmo de la música que lo inundan todo.

La música, ¿como definirla?. No es posible, es una sucesión aleatoria pero coherente de ritmos electrónicos mezclados con furia rockera y punk, sonidos child out, músicas étnicas y sonidos extraños sin identificar. Una mezcla inverosímil de mil estilos pero bailable y desquiciante a la vez. Los asistentes comienzan a bailar alocadamente, se empujan unos a otros, gritan enloquecidos, aúllan a la noche...

Pasan las horas y continua la música sin interrupción, no hay pausas entre canción y canción, solo subidas y bajadas hasta crear nuevas melodías, todo parece crearse en tiempo real por la misteriosa caja blanca o tal vez haya un grupo escondido en alguna parte. Sin embargo la sensación de locura entre los presentes no disminuye, la música es hipnótica, llena de orden y caos, de bellas melodías y ruido ensordecedor.

El tipo de la manzana contempla sonriendo la escena mientras da cuenta de la fruta tranquilamente, después toma un par de copas pausadamente y sube al escenario. Rocía la caja blanca con el contenido de una botellita y enciende una cerilla, prende fuego a la caja blanca, esta arde pero sigue creando música e imágenes, mientras se consume va acelerando los ritmos hasta limites insoportables, la audiencia mira extrañada a la caja arder.

De repente se oye un grito, ya no hay música bella, solo gritos mezclados con una cacofonía de imágenes y sonidos inconexos, la caja termina de deshacerse entre las llamas y poco a poco va decayendo hasta quedar todo en silencio y oscuro. El hombre de la manzana trae una pequeña pala y hecha los restos carbonizados de la caja blanca en otra caja y se marcha.

Algunos callan y quedan con la boca abierta, otros gritan y otros aplauden enfervorecidos.

Se acabó.

Al día siguiente todo parece normal, la vida transcurre placidamente sin saber la conmoción que traerá consigo la actuación de la noche anterior.

Pocos medios, pero muy especializados, se hacen eco de la noticia, califican la actuación como un nuevo concepto de música y arte vanguardista nunca visto y lo ensalzan como muy cool. Los foros de Internet, blogs y demás comienzan a echar humo y la noticia a los pocos días corre como la pólvora y está entre lo mas leído de la red. Smashing comienza a ser una palabra de moda.

La siguiente actuación es en una sala más grande, con más medios de comunicación y más gente. Todo sucede como la última vez, la música sigue siendo igual de extraña y original y la locura de los allí presentes ante la actuación igual de sobrecogedora.

Ahora los grandes medios generalistas se hacen eco de la noticia, con dos únicas actuaciones Smashing hace historia y se coloca en el candelero.

Su creador concede algunas entrevistas, habla de que desarrolló un pequeño ordenador dotado de una poderosísima inteligencia artificial metido en la caja blanca que crea las melodías e imágenes de los conciertos, la respuesta ante porqué lo quema llena de conmoción a muchos: es una pieza única que nace, se desarrolla y muere ante los ojos de quienes lo viven. Un ritual de vida y muerte, matar un ser único dotado de inteligencia por el hecho de ensalzar lo efímero de la existencia.

Los clubs de fans adoran Smashing y veneran a su creador como a un Dios, ya llena estadios y el espectáculo sigue siendo el mismo pero amplificado y adecuado para ese tamaño. U2 lleva a Smashing de teloneros. Nace una nueva corriente musical y una nueva subcultura.

Al cabo de un año Smashing es tan conocido como la Coca-Cola y se anuncia un evento especial, un macroconcierto al que asistirán millones en directo y muchísimos más millones a través de los medios. Todos los grandes estarán allí y la última actuación será la de Smashing tocando junto a todas las leyendas vivas de la música. Es el evento musical más grande de la historia.

El espectáculo es colosal, todos dan lo máximo de si mismos, es sin duda el mejor concierto nunca antes vivido. Llega el turno de Smashing. Su creador realiza el ritual habitual, solo que esta vez Smashing está rodeado de los mayores talentos y la música es más poderosa todavía si cabe que nunca. Llega el momento de la muerte, los músicos lloran sobre el escenario, parece que fueran a ejecutar a un ser querido, los millones presentes corean "Smashing, Smashing...!!", el creador sube esta vez con una gran lata en vez de una botella, rocía a la caja blanca y a sí mismo y se autoinmola junto a su creación. Shock, conmoción, intentan salvarle pero en vano, el contenido de la lata era napalm o algo mucho peor, todo se carboniza en cuestión de segundos.

Smashing ha muerto, ¡larga vida a Smashing!.

Comments:
Si ha sido idea tuya, excelente.
Podemos ya ir pensando en hacer el corto sobre "Smashing".
 
Claro que es idea mia, por algo está en mi blog.

Lo del corto suena bien.
 
ponte en contacto conmigo, es acerca del proyecto que comentabas en el blog de martin de FON.

Saludos

tchort@hotmail.com

Rubén Calvo(RCR Business)
 
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