domingo, marzo 11, 2007
Sentido
Hijos bastardos de la madre naturaleza, alzaos sobre la mediocridad del infierno de cemento donde pastan las ovejas cibernéticas.
¿Como puede la luz esquivar allá donde nunca llueve?. Bendito el calor de la embriaguez que me envenena poco a poco, que me abre una vida disoluta, que me recuerda el olor de estar vivo.
Miro a la nada que me rodea, a la nube de posibilidades que me cuenta los secretos de la nueva vida, de la nueva tierra, de la nueva realidad que se crea ante mi y se moldea a la voluntad.
Oíd el murmullo del arroyo al desplegar su paz por encima del ruido que golpea vuestras mentes.
Casi puedo tocar lo intangible, saborearlo como a un buen vino, ser con él uno y disolverme en el océano del pensamiento infinito.
Caen montañas en el vacío, la noche no me aleja del hastío, solo mece mis sentidos en lo onírico.
