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domingo, mayo 13, 2007

 

La casa encantada

Hace más o menos 20 años, yo era un mengajo. Había una antiguo caserón medio derruido a las afueras del pueblo, un pequeño palacete en ruinas, de aspecto siniestro y aterrador, rodeado de altos árboles aun más siniestros. Las historias de fantasmas y sucesos extraños eran moneda corriente entre la chavaleria, al parecer la casa estaba maldita y su dueño murió en ella. Todos los ingredientes para que al pasar a su lado por la noche yo mirase hacia otro lado aterrado.

Siendo como era entonces un estudioso de los temas paranormales y un gamberro redomado, tarde o temprano vencería al miedo e iría a ver con mis propios ojos la terrible mansión encantada. Creo que iba con mi hermano y mi primo, una tarde, dispuestos a explorar el lugar. Al principio la cosa no daba tanto miedo pero sentía algo de inquietud, poco a poco la cosa fue cambiando. De la parte trasera, fuera de la casa, emanaba un nauseabundo olor, no tardamos en descubrir un pozo del que salía la insoportable peste y al asomarnos la cosa no mejoró: dos o tres cachorros muertos y un perro enorme, tipo San Bernardo, yacían en el fondo del pozo.

Ni esto, ni el aspecto del lugar nos contuvieron de pasar dentro de la estancia, aunque ya los ánimos empezaban a decaer. Lo poco que quedaba de la que antaño debió ser una magnifica pieza arquitectónica victoriana estaba medio derruida, con la parte de atrás completamente devastada y llena de escombros. Fue allí dentro mirando a esa desolación que comenzamos a oír ruidos, cosas que se movían en las partes mas oscuras y demacradas de la mansión, salimos con pies en polvorosa al oir los ruidos y corrimos durante largo rato con el corazón en un puño. Luego no le dimos importancia, pensando que fueran animales o pobres que merodearan el lugar.

Pasó el tiempo y aquello no hizo sino acrecentar la leyenda de ese lugar misterioso, yo ahora miraba al pasar a su lado, acojonado, pero con la vaga esperanza de ver animas a su alrededor. Finalmente deje de vivir en esa localidad, pasaron muchos años antes de que volviera y me enterase sorprendido de que la casa había sido cuidadosamente restaurada y ahora albergaba un magnifico y precioso restaurante. Al pasar a su lado ya no daba miedo.

Hace apenas un par de meses tuve un sueño muy extraño y vivido, en el sueño compraba una antigua y estupenda casa que necesitaba apenas unos pocos retoques. La parte de la entrada era algo sombría pero por la parte de atrás estaba perfectamente, era un deleite para la vista y resultaba acogedora a las vez que fascinante.

Unos días atrás decidí salir a pasear sin rumbo fijo, por la playa, pensando en mis cosas. Al cabo de un par de horas de caminata me entró hambre y me dije, pero que coño, me voy a dar un homenaje, ¿cual es el mejor restaurante de la zona donde no he estado?. Si, ese mismo. Fue muy curioso que pudiendo comer en cualquier lugar, incluso pasando por la puerta de varios restaurantes donde me habrían tratado a cuerpo de rey por ser grandes amigos de mi familia, decidiese pegarme una tremenda caminata para ir a comer precisamente al último sitio donde se me hubiese ocurrido ir.

Al llegar vi de nuevo los grandes árboles, todavía majestuosos e imponentes, un pequeño recuerdo de lo sentido años atrás recorrió mi cuerpo. La entrada principal estaba cerrada y había que entrar por detrás, al llegar a la parte de atrás llegó la sorpresa con mayúsculas, pavor, era exactamente igual que la casa de mi sueño. Era allí precisamente donde la casa estaba mas castigada cuando la visité de niño, especialmente por dentro, pero ahora era una preciosidad, sillones antiguos, una escalera soberbia, decoración antigua y señorial. Todo era precioso, magníficamente restaurado.

Una figura se acerca hacia mi mientras embobado contemplo tamaña maravilla, se trata de un camarero que trabajó con mi familia, vaya, que pequeño es el mundo, me consigue amablemente una mesa en un pequeño patio interior, aquello está abarrotado por ser época de comuniones pero me hacen un hueco, me atiende otro camarero.

Como inquieto, mirando hacia todas partes y sobretodo hacia una esquina oscura... ¿será que pese al ambiente todavía permanecen en mi recuerdos o tal vez permanezcan allí sensaciones salidas de algún lugar entre la vida y la muerte?. Al terminar de comer exploro un poco el lugar, grandes personajes han comido allí, en todas las fotos salen con el camarero que me ha atendido, hay unos espejos con una ligera curvatura que al mirar por ellos parece que lo que veas a través sea una realidad distinta, unos sillones antiguos que te transportan a otra época.

Me marcho, al salir no paro de mirar maravillado la parte de atrás, igual que en mi sueño, me atrae irrefrenablemente, no puedo apartar la mirada. Veo una placa que indica el año de construcción, 1895 y que en el año 1899 murió allí su dueño, la casa se restaura 100 años después de su construcción. También descubro un viejo pozo cerrado.

Mientras me voy alejando del lugar no puedo evitar mirar atrás, siento una increíble sensación de desasosiego mezclada con una extraña sensación de paz. Se cierra un circulo, algún día volveré pero no se sabe cuando, el camino me volverá a llevar, de eso es de lo único que estoy seguro en ese lugar.

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