Biba er bló

En su búsqueda el héroe llegó a una montaña, allí vio dos caminos: uno angosto e inaccesible coronado por la diosa Termis subida en su alto trono; otro sencillo y claro.
Tomó el camino sencillo, ambos caminos parecían llegar al mismo lugar y el no tenía miedo ni prisa. Muy pronto el camino se volvió cada vez mas escarpado, lúgubre, hasta caer en un pozo oscuro. A veces el héroe intentaba salir del pozo y caia una y otra vez en un charco de fango, desesperado. Comenzó a alimentarse de pequeños animalillos, a acostumbrarse al lodo y la oscuridad, finalmente olvidó su busqueda.
Un buen día la diosa Termis le habló al oído y le dijo con un trueno:
- ¿Que hay de tu búsqueda?.
El héroe se sintió masacrado y hundido, así que cogió fuerzas y escaló con rabia... hasta ver la luz.
Ahora estaba otra vez al principio.
- Voy a tomar el camino angosto - pensó el héroe.
Allí le esperaba Termis, subida en su trono celestial, sonriendo. Vio el héroe que no podía llegar hasta ella.
- Tanto buscar la verdad y está sobre tu corona, tan alta que no puedo alcanzarla.
- Tranquilo- respondió Termis - tuya es y ha sido siempre.
Bajo entonces de su trono y le entregó su corona.
- Termis... tú que parecías en tu trono impasible e imposible, bajas hasta mi, pobre mortal, y me das una corona vacía.
- Como tú ahora, amado héroe, la verdad siempre ha estado contigo, vacía, esperando a que tú la llenes.

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